Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver y durante mucho tiempo yo he sido el peor de los ciegos. Durante este tiempo me acercaba voluntariamente las brasas a los ojos para no ver la realidad. Era feliz en mi locura ciega de creer que yo solo me bastaría para hacerte feliz, para que te olvidaras de todo y compartieras conmigo tus problemas, tus miedos, tus preocupaciones... pero evidentemente me equivocaba. Ahora lo sé, puedo verlo. Aunque ciega y bienintencionada no dejaba de ser una locura mía, una más de las fantasías de mi perturbada imaginación. Puede que me necesites, pero no soy suficiente. Y me duele, lo respeto pero me duele. Las brasas que provocaban mi ceguera ya se apagaron y con ellas se quemó parte de mi locura y a la vez se apagó un poco mi sonrisa. Sí, he cambiado. Ya no estoy ciego ni tan loco, he aprendido a convivir con mi cordura y aunque en noches como esta me gustaría estar ciego no me queda más remedio que mirar para otro lado.
Sí, he cambiado. Ya no estoy ciego ni tan loco, pero sigo usando las paredes de esta celda para desahogar mi tristeza porque, aunque ya no esté ciego, de vez en cuando sigo llorando en soledad.
Y ahora toca seguir imaginándome todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo. Es decir....
Ufffff.... esta locura sí que no me ha gustado. No no no
ResponderEliminarBueno, espero que por lo menos te hayan gustado las canciones :D
Eliminar