El 11 de septiembre de 1973 a las ).10 hora local el presidente chileno Salvador Allende se dirigía a la Nación en un discurso retransmitido por Radio Magallanes. Minutos después la emisora fue silenciada por el Ejército chileno que destruyó sus instalaciones y arrestó a los tres periodistas que allí se encontraban en lo que supuso el Golpe de Estado liderado por el Comandante en Jefe Augusto Pinochet que sumió al país en una Dictadura militar que duró 17 años.
Yo no había nacido sin embargo he tenido la suerte de ir a una escuela pública donde me han enseñado Historia y a pesar de ser mal estudiante aprendí algunas cosas. Una escuela pública, por cierto, atacada y perseguida por los mismos que hoy, 40 años después del cierre de Radio Magallanes, han aprobado unilateralmente y sin escuchar a nadie una ley para cerrar Radio Televisión Valenciana porque ya no les interesa. Atrás quedan los tiempos en que los directores generales eran nombrados a dedo y después recompensados con cargos políticos por los servicios prestados (caso de Lola Jhonson, por ejemplo).
Ahora en cambio parece que ya no hay servicios que agradecer y parece que una televisión pública independiente, popular y no Popular, no les interesa... hay que cerrarla a toda costa.
Hoy es un día triste para la democracia. Un paso atrás hacia esa dictadura que he tenido la fortuna de no vivir pero hacia la que desgraciadamente algunos están empeñados en regresar.
Quien me conoce sabe que llevo años siendo muy crítico con Radio Televisión Valenciana sin embargo su cierre es una muy mala noticia, no solo por los despidos y todo lo que ello conlleva, si no porque me priva de la libertad de poder sintonizar o no esa cadena. Una cadena que, por cierto, en los últimos meses estaba siendo muy bien gestionada y había dado un cambio radical en su manera de informar. Sin embargo no debemos de olvidar, o por lo menos yo no olvido, que durante años se han limitado a lamer la mano que les daba de comer (o eso creían) sin importarles la manipulación ni la censura. La misma mano que hoy a pulsado SI para aprobar la ley que les deja a ellos sin trabajo y a nosotros sin televisión autonómica.
Sí, soy rencoroso, por eso les doy la bienvenida a ese país de piruleta que durante tantos años nos han mostrado en sus informativos. Un país sin corrupción política, sin movimiento 15M, sin manifestaciones ciudadanas contra los gobernantes ni represión policial contra los estudiantes. Un país donde los comerciantes se quedan sin género a causa de la demanda y donde los turistas copan la ocupación hostelera. Ese el país que durante años nos han mostrado en sus informativos. En los últimos días parece que el país ha cambiado, al menos para ellos. Hoy, sin ir más lejos algunos trabajadores han comprobado en sus propias carnes como la policía les bloqueaba el paso y les hacía identificarse si querían acercarse a Les Corts Valencianes para saber de primera mano lo que se decidía sobre su futuro. Lo siento amigos míos, pero parece que la piruleta es amarga (y la realidad más todavía).
Por cierto, la principal razón que esgrimen para aprobar el cierre de Radio Televisión Valenciana es que no es rentable y genera muchas pérdidas, sin embargo durante las más de tres horas y media que ha durado el pleno parlamentario para aprobar la ley que permita su cierre (y que este loco ha seguido integramente a través del canal autonómico) no se ha presentado ningún dato económico que respalde esa argumentación. Una vez más hemos asistido a otra pantomima en la que el Gobierno ha hecho oídos sordos a las sugerencias de la oposición (de toda la oposición) a la que ha acusado de "no haber querido ser parte de la solución para ser el problema" de que se cierre la televisión. Que ya hay que tener caradura, pero ya sabemos que de eso esos PPersonajes tienen de sobra. Como el "molt honorable" y gran pagador de trajes, ex President Camps, que solo acudía al hemiciclo para votar y abandonaba la sala cada vez que la oposición tomaba la palabra. Momento que aprovechaban los de su PPartido para firmar un manifiesto pidiendo el indulto de un compañero acusado de corrupción, jugar y hablar por el móvil y/o hablar entre ellos sin hacer caso a lo que se les preguntaba.
En fin un esperpento del que tal vez os hable en otra ocasión. Por hoy creo que ya es bastante. Si has llegado hasta aquí gracias por leer mis locuras y perdón por aguantar mi locura.
Por lo menos aqui te has desahogado a gusto. Como siempre hilando fino con una introducción impresionante.
ResponderEliminarPor cierto el cierre definitivo de la Televisión Valenciana se parece mucho al cierre de Radio Magallanes
Pues sí, aunque intente camuflarlo con problemas económicos (problemas que ellos mismos causaron) no deja de ser un golpe de Estado encubierto (menos encubierto de lo que ellos se PPiensan) y un ataque a la libertad de expresión.
EliminarUn saludo y gracias por comentar