A veces me pregunto en qué momento dejé de ser aquel tío tan de puta madre que conociste para ser el hijo de la grandisima puta que conoces hoy. Lo pienso, reflexiono y llego a la conclusión de que seguramente no ha habido un momento concreto, que ha debido ser un proceso constante y paulatino el que me ha llevado a esta transformación tan sorprendente, pues no recuerdo haberme acostado una noche siendo el Doctor Semaro y levantarme a la mañana siguiente siendo el Loco Hyde.
O puede que sí, y no lo recuerde. Tal vez mi locura haya llegado a tal extremo que he estado distorsionando la realidad a mi antojo, creyéndome el Doctor Semaro cuando siempre he sido el Loco Hyde. Entonces recuerdo a Leonardo Di Caprio en Shutter Island y me hago la misma pregunta:
¿Qué sería peor: vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?
O a lo mejor antes no era tan de puta madre ni ahora tan hijo de puta. Y nunca he sido ni el Doctor Semaro ni el Loco Hyde, simplemente siempre he sido el Loco Semaro... No sé, se lo tendré que preguntar a mi psiquiatra.
Ya nos dirás que te ha dicho el psiquiatra! Pero puede que en eso último tengas razón. Yo pienso que ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos, así que posiblemente tú siempre has estado en un punto intermedio entre ambos extremos ;)
ResponderEliminarUn beso!!!
Mi psiquiatra dice que no tengo remedio :S
Eliminarjajajaja
Creo que el psiquiatra no tiene conocimientos suficientes para darte esas respuestas, jjjaj
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