jueves, 5 de junio de 2014

Cambiando el flotador por manguitos

Hace varias semanas recibí en mi celda una preciosa báscula de baño de cristal cortesía de KANTAR WORLD PANEL. Días después los responsables del manicomio nos entregaron los uniformes de verano y fue entonces, al probarme el uniforme estival, cuando corroboré que mis sospechas de que en Fallas había engordado unos kilitos se confirmaron y con creces pues, a pesar de que mi indice de masa corporal está dentro de los parámetros que pueden considerarse normales, necesito adelgazar unos kilos para alcanzar lo que los "expertos" consideran mi peso ideal. Mi primer impulso fue ponerme inmediatamente con la dieta del cucurucho
pero como no encontré ninguna voluntaria dispuesta a ayudarme a llevarla a cabo tuve que pensar otro método para ponerme en forma. Así pues me puse delante del espejo y comprobé que del ombligo para arriba estoy estupendo: un torso firme, pectorales bien definidos, brazos bien musculados y una carita de niño bueno que quita el sentido. Del mismo modo pude verificar que de cintura para abajo, sin entrar en temas de tamaño, estoy impresionante con unas piernas y gemelos bien firmes y un culito duro y respingón capaz de soportar unos buenos cachetes si es necesario. Sin embargo el problema radicaba en ese espacio que va del ombligo a la cintura donde se han concentrado litros y litros de cerveza, bocadillos, churros, porras, buñuelos, gofres, monas, tortas y demás delicatessens falleras y pascueras que han otorgado a esa parte de mi cuerpo el aspecto nada atractivo de un flotador a medio inflar: fofo y voluptuoso.
Descartada como ya he dicho la dieta del cucurucho y cualquier otro tipo de dieta de las llamadas yo-yo (en las que bajas rápidamente de peso para luego volver a subir igual de rápido) y ya que las terapias no me dejan tiempo para apuntarme a un gimnasio, decidí salir a trotar (llamarlo correr sería demasiado osado y optimista por mi parte) por las inmediaciones del manicomio y cambiar las cervecitas de media tarde por refrescantes batidos de sandia y plátano. Es cierto que sigo comiendo las mismas "porquerías" y en cantidades similares y que tal vez por eso en estos días apenas he perdido unos pocos gramos, pero despues de varios batidos y más de 100 Km trotados he conseguido cambiar ese flotador fofo y a medio inflar por un manguito firme y bien hinchado. Ahora mi objetivo es intentar llegar a la noche de San Juan sin ninguna "ayuda" para poder flotar

2 comentarios:

  1. Hola!!!, no sabia que eras tan coqueto!!! de verdad funciona lo de los batidos?, llevo tiempo con el flotador a punto de reventar...
    Un Saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si funcionan pero estan riquisimos ;)
      Me alegro de volver a verte

      Eliminar

Tu opinión me vuelve loco