Tiene que haber alguna razón, algún motivo lo sé pero no me preguntéis cual es porque no tengo ni puta idea. ¿Cómo el fuego de la pasión se puede convertir en hielo de un día para otro? Supongo que la distancia no ayuda a mantener encendida la llama pero... ¿esta frialdad tan repentina? Sigo sin encontrar respuesta a mis preguntas, la duda sigue rondando por mi cabeza y la incertidumbre y la desolación no se separan un segundo de mi alma. Repaso mentalmente una y otra vez los últimos acontecimientos buscando ese detalle, ese punto de inflexión que convierte la plácida ascensión en terrible precipicio. Esa frontera que separa el camino de rosas del camino de espinas y que, sin darme cuenta, he debido cruzar en algún momento del recorrido, pero por más que busco y rebusco no la encuentro... y me desespero. Hasta el punto de querer arrancarme los ojos para dejar de buscar pero entonces me acuerdo de lo que me dijo Luis Álvaro hace algun tiempo: conocí a un tuerto que me contó la verdad, no se es más feliz por llorar la mitad.
Hola!! No tengo la respuesta a tu pregunta pero me uno a lo que dijo Luis Alvaro, muy cierto. Como sustituto te mando un abrazo a ver si te calienta un poco el alma. (kiss)
ResponderEliminarMuchas gracias Coky pero la próxima vex mándame un abrazo refrescante porque aquí no bajamos de los 30 grados :_(
EliminarAl leer tu entrada me he preocupado pero después de ver el video... Ya no sé por donde cogerte
ResponderEliminarEn ese caso mejor dejame suelto :-D
EliminarUn abrazo y no te preocupes ;)