En este día semifestivo (solo es fiesta en Valencia ciudad) instalado con calzador en mitad de la nada, la apatía y desolación se abaten sobre este manicomio. La climatología tampoco acompaña y el cielo gris y lluvioso no invita al optimismo. De repente... una llamada; no del todo inesperada pero no por ello menos gratificante, y con ella los primeros rayos de luz empiezan a colarse entre las rejas de esta celda y el día deja de ser tan gris y desapacible como al principio. Sigue haciendo frío pero ya apenas lo noto; mi corazón se ha contagiado de la calidez de la voz al otro lado de la línea y aunque afuera empiezan a caer las primeras gotas de lluvia entre las cuatro paredes de esta celda se empieza a formar un hermoso arcoiris cuando la luz que transmite su sonrisa empieza a reflejarse en las lágrimas de felicidad que empañan mis ojos. Y mientras contemplo ese arcoiris imaginario que va desde la puerta de esta celda hasta las cuatro patas de su cama le rezo en silencio a la Virgen de la Locura para darle las gracias por haberla conocido.
Y así es como este día semifestivo instalado con calzador en mitad de la nada se ha convertido en un día de celebración para este loco que os escribe
Aplausos... Muy bonito!!!
ResponderEliminarMuchas gracias :)
Eliminar