Mensajes cifrados con garabatos

Y aquí seguimos a estas horas dibujando garabatos y escribiendo mensajes cifrados en las paredes de esta celda, cada vez más oscura y solitaria. Y también más silenciosa, pues el sonido de tu voz es sustituido por el ruido de la tiza contra el cemento de la pared y luego... el silencio. Un silencio que no consuela ni tranquiliza si no que asfixia y ahoga mi alma ya de por sí bastante maltrecha y destrozada.
Y te pienso... y te intento odiar, sin poder hacerlo... y te quiero olvidar y no lo consigo. Y entonces te sueño... y Morfeo me despierta para que vuelva al mundo real de esta pesadilla. Y me trae más tiza para que siga dibujando garabatos y escribiendo mensajes cifrados para que tú los leas y me sigas odiando casi tanto como yo quisiera odiarte a ti