El Principito alocado

Como cada noche espero ansioso tu llegada. Y es que  tal y como le dijo el zorro al Principito. "Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde comenzaré a ser feliz desde las tres".
 De igual manera yo comienzo a ser feliz mucho antes de que cruces por esta puerta porque sé que vas a venir a visitarme.

Hoy sin embargo has llegado antes de lo habitual, privándome de esos minutos de gozo y nerviosismo previos a tu llegada; sobre todo cuando, tras detenerte enfrente de mi celda para saludarme has continuado tu camino dejándome a solas con el recuerdo de tu sonrisa. Sonrisa que ya no se dibujaba en tu rostro cuando horas más tarde has vuelto a detenerte frente a mi celda. Junto a tu sonrisa también había desaparecido el brillo de tus ojos, apagado por unas lágrimas derramadas en silencio que no has conseguido que me pasaran desapercibidas a pesar de tus intentos por esquivarme la mirada. Porque estoy loco, pero como dice la gallega: me fijo en todo. Y me he fijado que cuando me mirabas detenidamente no era a mí a quien veías. Pero no te preocupes, respeto tu silencio y no seré yo quien te pida que lo rompas, pero si algún día te decides a romperlo yo estaré aquí esperando para oírte. Y si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde yo comenzaré a ser feliz desde las tres.