Erase una vez una princesa que vivía encerrada en su palacio. El día de su decimo tercer cumpleaños le hicieron una gran fiesta con trapecistas, malabaristas, magos y payasos... pero la princesa se aburría. Entonces apareció un enano muy feo y pintoresco dando saltos, brincos y haciendo piruetas en el aire que comenzó a danzar frenéticamente en medio de la sala. La princesa sonreía y aplaudía al enano hasta que la música dejó de sonar y el enano paró de brincar. Aburrida otra vez, la princesa decidió volver a su cuarto.
Al darse cuenta de que la princesa se había ido el enano empezó a recorrer el palacio para encontrarla:
_ Ella no es feliz aquí- pensaba el enano.- Si la encuentro tal vez se venga a vivir conmigo al bosque. Yo la haré reir y cuidaré de ella.
Animado con semejante pensamiento empezó a recorrer más deprisa el palacio buscando la habitación de la princesa. Hasta que al llegar a uno de los salones se quedó paralizado. Ante él había una criatura horrorosa, de cabeza deforme, manos peludas y pies gigantescos. El enano quiso morirse cuando descubrió que era él mismo reflejado en un espejo.
Entonces apareció la princesa:
_Oh enano estás aquí. ¡¡¡Que bien!!! Baila para mí por favor.
Pero el enano estaba tumbado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se le acercó y le tomó el pulso...
_ No bailará más para vos, princesa
_ ¿Por qué?
_ Porque se le ha roto el corazón.
_ De ahora en adelante, que todos los que vengan a Palacio no tengan corazón.
Desde entonces nadie ha vuelto a ver a la princesa...
... Aunque a veces, en mis noches de delirios cuando la luna llena brilla en el firmamento me imagino yendo al Palacio para volver a hacer reír a la princesa. Entonces veo mi imagen reflejada en la única ventana de mi celda y me doy cuenta, como el enano, que solo soy otro ser pintoresco que nunca podrá entrar a Palacio porque tengo un corazón frágil que está apunto de romperse.
En esas noches, tomo mi medicación y espero que las sustancias químicas me hagan olvidar esas fantasías de liberar a princesas encerradas en palacios que nunca podré pisar....
Es muy triste esta historia que cuentas .
ResponderEliminarUn saludo
No todas las historias bonitas tiene porque tener un final feliz. Saludo recibido y almacenado en este frágil corazón :)
EliminarTienes razón loco. A pesar de su tristeza la historia es preciosa
ResponderEliminarGracias por darme la razón como a los locos jajaja. Espero que te haya gustado
ResponderEliminarBella historia si es un poco triste pero las cosas bonitas no son siempre alegres.
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