martes, 1 de mayo de 2018

En abril locuras mil


Otro día que termina, o que está a punto de empezar, lo mismo me da que me da lo mismo pues hace tiempo que todos los días son iguales (las noches en cambio no). Me da igual que termine un lunes, empiece un martes o sea mediodía de un jueves, sin embargo esta vez miro el calendario y descubro con cierta incredulidad que toca arrancar otra hoja del mismo y en ese momento me siento como el hombre del traje gris gritando en silencio “¿Quién me ha robado el mes de abril?” sin saber muy bien si me lo han robado, lo he perdido o simplemente lo he dejado pasar, el caso es que ya no lo volveré a recuperar pues se ha hundido en el fondo del pozo del Pasado. Y mirando desde arriba me doy cuenta de que “on va la corda va el poal” y yo prefiero ir a mi bola, sin ataduras de pensamiento único. Aun así sigo pensando que cuidado con lo que deseas porque puede que se cumpla. No sé, puede que esté loco. Casi seguro que es así aunque no tanto como para construir la casa por el tejado, como la que hay justo enfrente en la lejanía cuya obra quedó paralizada porque la persona que diseñó tan alocado proyecto no compartió el plano con el resto de la cuadrilla y ahora no saben por donde continuar cuando ella falta.
En fin que se acabaron las aguas mil y ahora toca esperar hasta el día 40 para quitarme el sayo, pero eso será otra locura

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