miércoles, 1 de junio de 2016

El Loco ciego y la Poetisa de Luz: capitulo 2

Impotente, sin poder cruzar aquel semáforo en rojo observaba desconsolado como aquel ser de luz se alejaba de mi vida en su silla de ruedas. El semáforo cambió demasiado tarde y cuando crucé los dos cruces ella se había perdido en aquel laberinto de calles repletas de gente. Yo no me podía creer que nadie la hubiese parado. Era imposible que de toda la gente que había yo fuese el único que se hubiera dado cuenta de que aquella chica era especial, pero no por su diversidad funcional, si no por aquella luz que desprendía y que emanaba tan intensamente en su sonrisa, en sus palabras, en sus gestos y de manera muy especial en su mirada, una mirada de ojos "desconectados" que no le permiten ver el físico de las personas a quien va dirigida pero que sin duda alcanza el alma de quien la recibe. Y es que el Universo a veces tiene estas paradojas: crea seres tan luminosos que ni sus propios ojos pueden aguantar tanta Luz. Sí, ella es ciega, le falta el sentido de la vista y sin embargo observa mejor que nadie a una sociedad que teniendo los cinco sentidos prefiere apartar la mirada y no ver a personas como ella. Y yo me pregunto: ¿cómo puede ser eso? ¿quién es el loco?
Con una profunda tristeza por haberla perdido otra vez llegué a mi casa y me derrumbé llorando. Derramé lágrimas de impotencia, de incredulidad, de rabia, de melancolía, de tristeza, de alegría, de frustración, de agradecimiento, de... tantas y tantos emociones y sentimientos que habían permanecido encerrados en mi corazón durante tanto tiempo que tardé un buen rato en vaciarme del todo. Cuando mi corazón y mi espíritu recobraron la calma enchufé el ordenador con la idea de distraerme y no hacer caso de un partido de final de Champions del que estaba casi todo el país pendiente y que a mi me importaba... nada.
Fue en ese momento cuando el Destino decidió lanzarme el último cebo: sin saber cómo ni porqué en la página principal de Youtube aparecía recomendado un vídeo del discurso que aquel ser luminoso había pronunciado horas antes. Y lo más importante de todo: en la descripción del vídeo aparecía su nombre. Y yo piqué, vaya si piqué; me tragué el anzuelo con tanta ansia que me ha salido un piercing en el ombligo. De inmediato me puse a buscarla por las redes sociales y cuando la encontré me puse en contacto con ella dispuesto a no dejar pasar esa nueva oportunidad que el Destino me ofrecía. De hecho puse tanto ímpetu que los mensajes que le escribí parecían anónimos de un loco peligroso, pero ella como buen ser de Luz que es supo apreciar que mi Locura no es peligrosa.
Ayer por la tarde quedamos para conocernos. Bueno no fue exactamente así si no que ambos acudimos a otra reunión sabiendo que el otro iba a estar allí y esta vez sí que no dejé pasar la oportunidad para presentarme pero estaba tan nervioso que si no hice el ridículo se pareció demasiado. De hecho solo recuerdo haber estado tan nervioso una vez en mi vida. Aquella vez llevaba 6 meses saliendo con mi primera novia y le había comprado media docena de rosas como regalo. Me dirigía todo orgulloso a su casa con el ramo en la mano cuando al girar una esquina me encuentro a su hermana con sus padres y abuela a los cuales yo no conocía. Fue tal el shock que empecé a temblar y apenas pude pronunciar palabra. Pero claro aquella vez yo tenía 16 años. Ahora con 34 pude controlar el temblor pero las palabras seguían quedándose mudas en mi boca. Aun así conseguimos mantener una breve conversación antes de que empezara la reunión y por fin rompimos el hielo.


Hoy sigo con esa sonrisa y por eso he decidido volver a esta celda para compartirla con tod@s vosotr@s. Por cierto ella es poetisa y ofrece sus versos todos los jueves por la mañana al lado de la Plaza de Toros de Valencia. Si pasáis por allí y no esquiváis la mirada acercaros, saludadla y comprobaréis que no estoy tan loco. Por cierto, si a su lado veis a un mozo guapetón y bien parecido que parece una estatua de lo callado que está también podéis acercarse y darme un abrazo.

                                             ¿Continuará?... Espero que sí

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