Hace algún tiempo, tampoco demasiado aunque ya sabemos que el tiempo es relativo y ahora puede parecer que fue hace una eternidad, ambos eran felices. Él, sin ningún esfuerzo, conseguía sacarle una sonrisa; y a ella no le importaba ponerse una patata en la cabeza para poder hablar unos minutos con él, darle las buenas noches y decirle que mañana lo llamaría otra vez.
Como os digo no hace mucho de eso, apenas unos meses, y aunque desde entonces han seguido llamándose todos los días (eso sí, ya sin la patata en la cabeza) ahora las cosas son muy distintas. Él se esfuerza y se esfuerza por conseguir una sonrisa que a duras penas llega; y a ella le gustaría tener aquella patata ahora mismo en la mano y no en la cabeza para lanzársela a él directamente a la cara. Y sin embargo siguen llamándose cada día.
Yo lo oigo a él, es mi compañero de la celda de al lado, y noto como su voz sigue cambiando cada vez que habla con ella, igual que el primer día. Es cierto que cada vez discuten más a menudo y que muchas noches lo oigo llorar desconsoladamente. Y me gustaría decirle algo que lo reconfortara y le hiciera sentir mejor pero nunca he sido bueno en esos menesteres. Lo único que puedo hacer es lo que mejor se me da: escuchar sus lamentos y dejar que se desahogue conmigo. Y él lo hace, y me abre su corazón. Y a pesar de su tristeza muestra una vitalidad que no tenía antes de conocerla. Entonces comprendo porqué la sigue llamando: ella es su esperanza, su ilusión, el único motivo por el que merece la pena seguir luchando para intentar recuperarse y abandonar este manicomio. Sin embargo...
... ¿Y ella, por qué lo seguirá llamando? Supongo que tendrá sus motivos, unos motivos que yo en mi desconocimiento no puedo comprender ni imaginar. A veces he estado tentado de pedirle a mi compañero su número para llamarla, hablar con ella y preguntarle pero como no me conoce lo pienso mejor y desestimo la idea porque si la llamo así porque sí seguro que piensa que estoy loco y que soy un chafardero que me meto donde no me llaman. Y lo de loco vale, lo acepto, pero de chafardero nada. Os cuento esto porque sé que vosotros sabéis guardar el secreto ;)
Ya, yaaaaaa, reconoce que en el fondo, un poco chafardero sí que eres, aunque sólo sea un poquito... :P jajaja. Yo tengo curiosidad por saber el pq de la patata en la cabeza... xD
ResponderEliminarMuaaaa!
chafardero no, vosotros me preguntáis y yo respondo :D
Eliminarlo de la patata en la cabeza... ni caso, están locos jajajaja
un besazo y mil abrazos